15 de Febrero de 2018. Jueves Lc 9, 22-25

Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.»
Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?

“¡Salvar la vida!” 
Cristo nos traza el camino a seguir: “El que quiera seguirme” que se desprenda de ataduras egoístas, gestos huraños, cobardías disfrazadas, “y me siga”.
Cargar la cruz de Jesús significa escuchar su mensaje, ofrecer siempre su perdón, amar sin limitaciones y vivir abiertos a Dios siendo siempre fieles a Él. Permanecer en la Iglesia es permanecer unidos a Él.
No podemos olvidarlo: Toda obra buena cuesta trabajo, pero la valentía es una virtud que nos empuja a ser perseverantes. A la cima de la montaña sólo llegan los que aguantan los vientos y las lluvias.

- ¿Intentas seguir a Cristo?
- ¿Te da miedo las exigencias cristianas?

Julián Escobar.

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