¡Preferiría verle muerto! Mt 21, 33-43. 45-46
¡Preferiría verle muerto! Mt 21, 33-43. 45-46
Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos.»
San Juan Bosco se encontraba en Turín (1884) y se le presentó una señora “piadosa y distinguida” acompañada de un hijo. Don Bosco le preguntó qué profesión deseaba para este hijo. La señora le dijo: “Mi hijo mayor sigue la carrera diplomática, como su padre, el segundo será militar…” Don Bosco dijo: “Y éste podría ser sacerdote”. La dama miró de mala manera a don Bosco y dijo: “¿Religioso? Prefiero verle muerto”. Don Bosco le pidió a la señora que retirase esas palabras, pero la señora dijo que no y se marchó enfurecida. Ocho días después el joven enfermó y le dijo a su madre: “Madre, ya sé por qué muero. Por las palabras que dijiste a ese sacerdote que ahora me encomiendan a Dios”.
- ¿Por qué los padres se resisten a que sus hijos sean religiosos?
- ¿Dice usted disparates como esta señora?
Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos.»
San Juan Bosco se encontraba en Turín (1884) y se le presentó una señora “piadosa y distinguida” acompañada de un hijo. Don Bosco le preguntó qué profesión deseaba para este hijo. La señora le dijo: “Mi hijo mayor sigue la carrera diplomática, como su padre, el segundo será militar…” Don Bosco dijo: “Y éste podría ser sacerdote”. La dama miró de mala manera a don Bosco y dijo: “¿Religioso? Prefiero verle muerto”. Don Bosco le pidió a la señora que retirase esas palabras, pero la señora dijo que no y se marchó enfurecida. Ocho días después el joven enfermó y le dijo a su madre: “Madre, ya sé por qué muero. Por las palabras que dijiste a ese sacerdote que ahora me encomiendan a Dios”.
- ¿Por qué los padres se resisten a que sus hijos sean religiosos?
- ¿Dice usted disparates como esta señora?
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