11 de junio de 2018
Cuando el conde Stolberg, célebre escritor protestante, se convirtió al catolicismo en el año 1800, le dijo un amigo:
- No me gustan las personas que abandonan la religión de sus padres.
A lo que contestó Stolberg:
- Tampoco a mí. Si mis antecesores no hubieran abandonado la religión de sus padres, no me hallaría yo en la necesidad de volver a la Iglesia Católica.
Inglaterra era católica y por capricho de un rey, Enrique VIII, se convirtió en anglicana. ¡Qué gozo morir como católico!
- No me gustan las personas que abandonan la religión de sus padres.
A lo que contestó Stolberg:
- Tampoco a mí. Si mis antecesores no hubieran abandonado la religión de sus padres, no me hallaría yo en la necesidad de volver a la Iglesia Católica.
Inglaterra era católica y por capricho de un rey, Enrique VIII, se convirtió en anglicana. ¡Qué gozo morir como católico!
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