15 de junio de 2018
Eutiques fue abad de un monasterio de Constantinopla. Hacia el año 448 dijo que Dios poseía una sola naturaleza, la divina, porque la humana se había disuelto en ella como una gota de agua en un vaso de vino. Por esta razón los seguidores de esta herejía fueron llamados monofisitas (de las palabras griegas mono fysis, «una naturaleza»). San León Magno, que era Papa entonces, dirigió a Flaviano, obispo de Constantinopla, una carta en la que demostraba claramente la existencia en Cristo de dos naturalezas, la divina y la humana. Esta carta se leyó en 451 en el concilio de Calcedonia y los seiscientos obispos que se hallaban presentes exclamaron:
- Pedro ha hablado por boca de León. Que sea excluido de la Iglesia el que profese otra fe.
Este hecho demuestra la autoridad que desde los primeros tiempos tuvo el obispo de Roma.
- ¿Qué valor da usted a las palabras y escritos del Papa?
- Pedro ha hablado por boca de León. Que sea excluido de la Iglesia el que profese otra fe.
Este hecho demuestra la autoridad que desde los primeros tiempos tuvo el obispo de Roma.
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