Y perseguida.
En una audiencia dada a un colegio romano, preguntó el Papa Pío X a un seminarista:
- ¿Cuántas y cuáles son las notas que distinguen a la verdadera Iglesia de Cristo?
- Cuatro, padre santo: es una, santa, católica o universal y apostólica.
- ¿No tiene más que estas cuatro?
- Y romana, añadió el seminarista.
- Justo; pero ¿cuál es la nota más evidente? Todos callaron.
- Pues bien, voy a decíroslo: perseguida. Se lee en el evangelio: «Me persiguieron a mí y os perseguirán a vosotros.» La persecución es para los católicos el pan nuestro de cada día; ésta es la señal de que somos verdaderos discípulos de Cristo.
“La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”.
- ¿Cuántas y cuáles son las notas que distinguen a la verdadera Iglesia de Cristo?
- Cuatro, padre santo: es una, santa, católica o universal y apostólica.
- ¿No tiene más que estas cuatro?
- Y romana, añadió el seminarista.
- Justo; pero ¿cuál es la nota más evidente? Todos callaron.
- Pues bien, voy a decíroslo: perseguida. Se lee en el evangelio: «Me persiguieron a mí y os perseguirán a vosotros.» La persecución es para los católicos el pan nuestro de cada día; ésta es la señal de que somos verdaderos discípulos de Cristo.
“La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”.
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