28 de Julio de 2018. Sábado La justicia de Dios es el Perdón.
San Pedro tenía motivos para temblar, se las había dado de valiente, de estar dispuesto a dar la vida por Jesús, pero… ante una “sirvienta” dijo: “No conozco a ese hombre”, y “ese” hombre era Jesús. A San Pedro se le podía perdonar por dormirse cuando más lo necesitaba Jesús, pero negar que lo conocía, era una traición mayor que venderlo como hizo Judas.
Un soldado traidor fue traído ante el tribunal. El soldado temblaba. El tribunal le dijo: “No tenga miedo. Aquí recibirá justicia”. El soldado respondió: “A eso es a lo que temo, a la justicia”.
San Pedro mira a Cristo. Tiene miedo a la justicia, pero Jesús lo fulmina con una mirada misericordiosa, una mirada que lo purifica y limpia de todas sus traiciones, de todas sus cobardías.
- ¿Vives como si no conocieras a Jesucristo?
- ¿Vives como hijo, o como enemigo, de la Iglesia?
¡Sal a las calles y proclama con orgullo y valentía que eres cristiano, que no te avergüenzas de ser discípulo de Jesús!
Un soldado traidor fue traído ante el tribunal. El soldado temblaba. El tribunal le dijo: “No tenga miedo. Aquí recibirá justicia”. El soldado respondió: “A eso es a lo que temo, a la justicia”.
San Pedro mira a Cristo. Tiene miedo a la justicia, pero Jesús lo fulmina con una mirada misericordiosa, una mirada que lo purifica y limpia de todas sus traiciones, de todas sus cobardías.
- ¿Vives como si no conocieras a Jesucristo?
- ¿Vives como hijo, o como enemigo, de la Iglesia?
¡Sal a las calles y proclama con orgullo y valentía que eres cristiano, que no te avergüenzas de ser discípulo de Jesús!
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