17 de mayo de 2019 Generosidad de los Pobres.
«No se turbe vuestro corazón,
creed en Dios y creed también en mí».
Hay un bello relato en el que el profeta Elías es enviado por Dios a una pobre viuda de Sarepta. La viuda le dio al profeta todo lo que le quedaba de sus pocas provisiones, y fue bendecida con un cuenco de harina que nunca se vaciaba y una aceitera que nunca se agotaba (1 Reyes 17). Nosotros somos «vasos de arcilla», y la arcilla húmeda puede ser remodelada por Dios en cualquier momento. Dios derrama constantemente su amor sobre nuestros corazones (Romanos 5, 5) y los llena hasta rebosar.
Esta semana meditaremos sobre los dones de Dios, dentro y en torno a nosotros, haciéndonos más conscientes del Creador que está presente en ellos, dándosenos constantemente, hasta llenarnos con su amor.
Pide la gracia de sentir íntimamente que tu vida es un don, y de ver toda la realidad creada corno un don de Dios para ti. Pide devolver a Dios, con gratitud, estos mismos dones transformados en amor y servicio a los demás.
Señor, tú eres Dios.
Señor, tú estás en todas las cosas.
Señor, tú haces todas las cosas.
Nunca retiras tus manos de tus obras y nunca las retiraras
Tú conduces todas las cosas hacia el fin al que las ordenaste, antes de que existiera el tiempo, con el mismo poder y sabiduría con que las hiciste.
¿Cómo podría perderse algo?
Juliana de Norwich
creed en Dios y creed también en mí».
Hay un bello relato en el que el profeta Elías es enviado por Dios a una pobre viuda de Sarepta. La viuda le dio al profeta todo lo que le quedaba de sus pocas provisiones, y fue bendecida con un cuenco de harina que nunca se vaciaba y una aceitera que nunca se agotaba (1 Reyes 17). Nosotros somos «vasos de arcilla», y la arcilla húmeda puede ser remodelada por Dios en cualquier momento. Dios derrama constantemente su amor sobre nuestros corazones (Romanos 5, 5) y los llena hasta rebosar.
Esta semana meditaremos sobre los dones de Dios, dentro y en torno a nosotros, haciéndonos más conscientes del Creador que está presente en ellos, dándosenos constantemente, hasta llenarnos con su amor.
Pide la gracia de sentir íntimamente que tu vida es un don, y de ver toda la realidad creada corno un don de Dios para ti. Pide devolver a Dios, con gratitud, estos mismos dones transformados en amor y servicio a los demás.
Señor, tú eres Dios.
Señor, tú estás en todas las cosas.
Señor, tú haces todas las cosas.
Nunca retiras tus manos de tus obras y nunca las retiraras
Tú conduces todas las cosas hacia el fin al que las ordenaste, antes de que existiera el tiempo, con el mismo poder y sabiduría con que las hiciste.
¿Cómo podría perderse algo?
Juliana de Norwich
Julián Escobar.
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