29 de junio de 2019
¿Por qué no te desprendes de esos dos fardos que llevas en tu mente y en tu corazón y que te agobian? ¿Qué fardos son esos? La crítica y la autojustificación. Las críticas, por inofensivas que sean, son habladurías que siembran envidias, celos y deseos de desprestigiar. Dice el Papa Francisco que “las habladurías son armas que con ellas se puede llegar a matar a una persona” (2 septiembre 2013). Las personas que critican luego se autojustifican diciendo que no son críticas sino constatación de un hecho. ¡No mates con la lengua! ¡No te autojustifiques por el mal que haces!
¿Estás cansado? Jamás critiques a tu esposa/o. ¿Estás soltero? Jamás critiques a tus padres, amigos o conocidos. ¡Y a los no conocidos no los critiques porque no los conoces! ¡ANIMO, despréndete de la crítica y la autojustificación!
¿Estás cansado? Jamás critiques a tu esposa/o. ¿Estás soltero? Jamás critiques a tus padres, amigos o conocidos. ¡Y a los no conocidos no los critiques porque no los conoces! ¡ANIMO, despréndete de la crítica y la autojustificación!
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