22 de octubre de 2019
«Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo»” (Lucas 12,35-38).
Prestos a la acción y preparados para servir día y noche. ¿Estoy yo preparado para servir en todo instante, en todo momento?
¿Estoy siempre a punto de recibir a Jesús? "El Señor Viene" de muchas maneras: en su Palabra, propuesta cada día, en todo hombre que necesita de mí, en esas personas que parece son inútiles, que me fastidian, que no hacen más que incordiar y quejarse, en la Iglesia y lo que me propone, en los acontecimientos, "signos de los tiempos", en mis alegrías y mis penas.
¡Dichosos! ¡Dichosos todos los que soportáis a esas personas que atendéis y no os lo agradecen! Un japonés que murió en el sótano de un hospital cuando el tsunami arreglando la electricidad, dando la vida para la salvación de muchos, encontró a Jesús ahí, sin conocerle, porque "lo que hacemos a los demás a Él se lo hacemos"
Igual que Cristo hizo caer el muro divisorio entre Israel y el resto de la humanidad, igual que en Berlín cayó felizmente el muro que separaba el Este del Oeste, tal vez tendrán que desaparecer más muros en nuestra vida personal o comunitaria, para ser servido un día por el Señor.
Prestos a la acción y preparados para servir día y noche. ¿Estoy yo preparado para servir en todo instante, en todo momento?
¿Estoy siempre a punto de recibir a Jesús? "El Señor Viene" de muchas maneras: en su Palabra, propuesta cada día, en todo hombre que necesita de mí, en esas personas que parece son inútiles, que me fastidian, que no hacen más que incordiar y quejarse, en la Iglesia y lo que me propone, en los acontecimientos, "signos de los tiempos", en mis alegrías y mis penas.
¡Dichosos! ¡Dichosos todos los que soportáis a esas personas que atendéis y no os lo agradecen! Un japonés que murió en el sótano de un hospital cuando el tsunami arreglando la electricidad, dando la vida para la salvación de muchos, encontró a Jesús ahí, sin conocerle, porque "lo que hacemos a los demás a Él se lo hacemos"
Igual que Cristo hizo caer el muro divisorio entre Israel y el resto de la humanidad, igual que en Berlín cayó felizmente el muro que separaba el Este del Oeste, tal vez tendrán que desaparecer más muros en nuestra vida personal o comunitaria, para ser servido un día por el Señor.
Julián Escobar.
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