14 de enero de 2020
La palabra de Jesús libera de toda posesión que esclavice al hombre, porque lo que quiere es la libertad del hombre frente a Dios y poder oírle y seguirle para hacer de su existencia un auténtico discipulado. La comunidad eclesial ofrece momentos claves para el encuentro con Jesús: la Eucaristía dominical, la lectura asidua de la Palabra y la oración frecuente como diálogo con quien sabemos nos ama. El Sacramento de la Reconciliación es otra fuente de liberación interior, donde Jesús despliega todo su poder sanador. Teresa de Jesús sabe que con la oración y las obras, ayuda tanto a la Iglesia como los teólogos y predicadores. “Todas ocupadas en oración por los defensores de la Iglesia y predicadores y letrados que la defienden, ayudásemos en lo que pudiésemos a este Señor mío” (CV 1,2).
Julián Escobar.
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