10 de marzo de 2020
Evangelio (Mt 23,1-12):
Uno solo es vuestro Maestro; uno solo es vuestro Padre.
Para adecuar nuestra conducta a la del Señor Jesús es fundamental un gesto de humildad, como decía el Papa Benedicto: «Que [yo] me reconozca como lo que soy, una creatura frágil, hecha de tierra, destinada a la tierra, pero además hecha a imagen de Dios y destinada a Él». En la época de Jesús había muchos "modelos" que oraban y actuaban para ser vistos, para ser reverenciados: pura fantasía, personajes de cartón, que no podían estimular el crecimiento y la madurez de sus vecinos. Sus actitudes y conductas no mostraban el camino que conduce a Dios: «No imitéis su conducta, porque dicen y no hacen» (Mt 23,3). La sociedad actual también nos presenta una infinidad de modelos de conducta que abocan a una existencia vertiginosa, alocada, debilitando el sentido de trascendencia. Aprovechemos la cuaresma para fortalecer nuestras convicciones como discípulos de Jesucristo. Podríamos preguntarnos: ¿qué diría Jesús?, ¿cómo actuaría Jesús?
Un Rey de Persia, perseguidor de los cristianos, quería persuadir a San Benjamín a que abandonase la Fe. Le replicó el Santo: ¿Qué harías con un oficial de tu ejército que en la hora del combate, por miedo, hiciese traición a su bandera?—Le condenaría a muerte.—Pues yo al ser confirmado he jurado fidelidad a la bandera de Cristo y si fuese infiel me condenaría en su juicio. Y San Benjamín aceptó el martirio. (Vigna-Pavanelli.)
Ayunar de tristezas, Cristo es la Alegría del Mundo.
Uno solo es vuestro Maestro; uno solo es vuestro Padre.
Para adecuar nuestra conducta a la del Señor Jesús es fundamental un gesto de humildad, como decía el Papa Benedicto: «Que [yo] me reconozca como lo que soy, una creatura frágil, hecha de tierra, destinada a la tierra, pero además hecha a imagen de Dios y destinada a Él». En la época de Jesús había muchos "modelos" que oraban y actuaban para ser vistos, para ser reverenciados: pura fantasía, personajes de cartón, que no podían estimular el crecimiento y la madurez de sus vecinos. Sus actitudes y conductas no mostraban el camino que conduce a Dios: «No imitéis su conducta, porque dicen y no hacen» (Mt 23,3). La sociedad actual también nos presenta una infinidad de modelos de conducta que abocan a una existencia vertiginosa, alocada, debilitando el sentido de trascendencia. Aprovechemos la cuaresma para fortalecer nuestras convicciones como discípulos de Jesucristo. Podríamos preguntarnos: ¿qué diría Jesús?, ¿cómo actuaría Jesús?
Un Rey de Persia, perseguidor de los cristianos, quería persuadir a San Benjamín a que abandonase la Fe. Le replicó el Santo: ¿Qué harías con un oficial de tu ejército que en la hora del combate, por miedo, hiciese traición a su bandera?—Le condenaría a muerte.—Pues yo al ser confirmado he jurado fidelidad a la bandera de Cristo y si fuese infiel me condenaría en su juicio. Y San Benjamín aceptó el martirio. (Vigna-Pavanelli.)
Ayunar de tristezas, Cristo es la Alegría del Mundo.
Julián Escobar.
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