14 de mayo de 2020
Jueves V de Pascua
Evangelio (Jn 15,9-11
Jesús habló así a sus discípulos: «Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor».
En labios de Jesús todo eso se denomina: permanecer en su amor. Todos necesitamos sacudirnos de la propia vida el egoísmo y ser felices en la fe recibida y vivida día a día, para que los problemas no nos abrumen en lo personal, familiar y en el trabajo. La ausencia de amor mata el alma y la vida, la falta de interioridad, de oración destruyen al hombre desde dentro. Tomemos en serio a Jesús, permanezcamos en su amor.
El libro del Eclesiastés dice: “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud antes de que venga el tiempo de la aflicción;antes que el polvo se vuelva a la tierra de donde salió, y el espíritu vuelva a Dios, que le dio el ser” (12,17). Dime, lector, ¿actúas así?
San Pablo nos dice: “No tenemos aquí ciudad permanente, sino que vamos en busca de la que está por venir.” (Hebreos 13,14).Dime, ¿Lo creemos ciertamente?
Hay personas que se dan crédito por sus éxitos,
pero culpan a Dios por los fracasos.
¿Eres tú una de esas personas?
Evangelio (Jn 15,9-11
Jesús habló así a sus discípulos: «Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor».
En labios de Jesús todo eso se denomina: permanecer en su amor. Todos necesitamos sacudirnos de la propia vida el egoísmo y ser felices en la fe recibida y vivida día a día, para que los problemas no nos abrumen en lo personal, familiar y en el trabajo. La ausencia de amor mata el alma y la vida, la falta de interioridad, de oración destruyen al hombre desde dentro. Tomemos en serio a Jesús, permanezcamos en su amor.
El libro del Eclesiastés dice: “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud antes de que venga el tiempo de la aflicción;antes que el polvo se vuelva a la tierra de donde salió, y el espíritu vuelva a Dios, que le dio el ser” (12,17). Dime, lector, ¿actúas así?
San Pablo nos dice: “No tenemos aquí ciudad permanente, sino que vamos en busca de la que está por venir.” (Hebreos 13,14).Dime, ¿Lo creemos ciertamente?
Hay personas que se dan crédito por sus éxitos,
pero culpan a Dios por los fracasos.
¿Eres tú una de esas personas?
Julián Escobar.
Comentarios