3 de junio de 2020
“Enséñame, Señor, cómo llegar hasta ti.
Yo no puedo hacer otra cosa que desearlo…
Cómo llegar a ti, no lo sé.
Inspírame tú, enséñame, dime qué necesito para este camino” (San Agustín).
¡No te preocupes! Si deseas llegar hasta Dios, lo encontrarás llamando a la puerta de tu corazón.
“Mira que estoy a la puerta llamando. Si alguien escucha mi llamada y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos” (Ap 3, 20).
Si estás rodeado de ruidos, si estás entretenido con tus deseos ilusorios, si lo material son tus anteojos, no oirás su llamada ni sus pasos. Dice Tagore:
“¿No has oído sus pasos callados?
El viene, viene… siempre viene” (R. Tagore)
- ¿Buscas ratos de silencio?
- ¿Estás atento a la presencia de Dios?
Julián Escobar.
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