10 de octubre de 2022
- ¡Claro, y casi todos los días! Aristóteles decía que el principio de la ciencia y de la filosofía es el estupor. Vemos cosas que nos sorprenden. Los que no se asombran de gestos, de muestras de cariño, no descubrirán nunca nada importante. El amor, el matrimonio, los hijos... son asombros que jamás dejan de sorprendernos. ¡No me diga que soy un romántico trasnochado! Pero muchas veces le digo a mi Isabel: "Eres como los paisajes en primavera. Siempre que uno los mira queda extasiado por algo nuevo que antes no había visto".
- Jajaja... No le digo nada, aunque he de reconocerle que a nuestro lado suceden cosas que son signos de Dios y que muchos los ignoran o son indiferentes porque perdieron la capacidad de asombro. Los que no aman terminan por atrofiarse sus corazones.
- ¿Le sucede a usted esto?
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