7 de diciembre de 2022
Señor, anoche leí una oración de un hombre santo, de Charles de Foucauld, tú debes conocerlo ya que te siguió hasta que le arrancaron una noche la vida. Fíjate lo que decía:
«Padre mío, me abandono a ti,
haz de mí lo que quieras,
lo que hagas de mí te lo agradezco
estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo,
con tal de que tu voluntad se haga en mí,
y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Dios mío.
Pongo mi vida en tus manos,
te la doy, Dios mío,
con todo el amor de mi corazón,
porque te amo,
y porque para mí amarte es darme,
entregarme en tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque tu eres mi Padre»
Yo no soy religioso, pero debería tener los mismos sentimientos de entrega y de confianza hacia Dios como los tuviste tú, en Getsemaní, y como los tienen tantos santos y mártires.
Ayúdame a confiar en ti y en los demás en el día de hoy.
¿Ves a Dios como Padre o como Juez?
¿Confías en su misericordia o más en su justicia?
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