2 de marzo de 2023
Quizá alguien puede preguntarse: ¿cómo es que, la Iglesia siendo Santa, resulta que hay cristianos que no lo son? A este respecto cuenta A. Luciani una anécdota que se debe a Pitigrilli. En Londres, en Hyde Park, estaba hablando un predicador al aire libre, como es frecuente en ese lugar, cuando le interrumpió un individuo despeinado y sucio: «La Iglesia existe desde hace ya dos mil años y el mundo está lleno de ladrones, de adúlteros, de asesinos». «Tiene usted razón -respondió el predicador-. Pero también hace dos millones de años que existe el agua y mire cómo tiene usted el cuello.» Comenta el que sería después Papa: En otras palabras; ha habido malos Papas, malos sacerdotes, malos católicos. Pero ¿qué significa eso? ¿Que se ha aplicado el Evangelio? No, todo lo contrario, en esos casos no se ha aplicado el Evangelio (cfr. A. Luciani, Ilustrísimos señores).
«Si en el mundo no se hubiere hallado otra persona que yo, por mí solo hubierais bajado y dado su sangre preciosísima». (San Alpondo María de Ligorio)
«Nos creó con su poder, nos buscó con sus humillaciones». (San Agustín.)
No hay enfermo a quien le sea negada la victoria de la cruz, ni hay nadie a quien no ayude la oración de Cristo. Pues si ésta fue de provecho para los que tanto se ensañaban con él, ¿cuánto más no lo será para los que se convierten a él? (SAN LEÓN MAGNO).
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