22 de marzo de 2023 Miércoles 4º ¿Es Cristo tu modelo?
Cada uno según sus circunstancias, el sacerdote como sacerdote, siempre, y los laicos como laicos, sin pensar que para alcanzar la santidad han de ejercer funciones propias de clérigos. El modelo para todos es Cristo, y cada uno ha de procurar empeñarse en vivir como Él vivió. Esto supone, ante todo, una actividad interior, un esfuerzo por estar personalmente muy cerca de Cristo. Es fundamental tener esa vida interior, tejida de oración, sacrificio y preocupación por los demás.
El cristiano está llamado, por el hecho del Bautismo, a ejercer el apostolado entre las personas que conoce, sin esperar a que nadie se lo encargue. Cuando se tiene vida interior, el apostolado surge espontáneamente. Por el contrario, cuando no se hace apostolado, es señal cierta de que falta vida interior. Es como un termómetro que mide el grado de nuestro amor a Dios y a los demás. «Con la maravillosa normalidad de lo divino, el alma contemplativa se desborda en afán apostólico: me ardía el corazón dentro del pechos se encendía el fuego en mi meditación (Ps 38, 4). ¿Qué fuego es ese, sino el mismo del que habla Cristo: fuego he venido a traer a la tierra y qué he de querer, sino que arda? (Lc 12, 49). Fuego de apostolado que se robustece en la oración» (Es Cristo que pasa, n. 120).
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