1 de julio de 2023
Una vez un sastre acertó a encontrarse en una casa mientras que era llevado el Viático a un enfermo de la misma; los que estaban junto a dicho enfermo le rogaron que se arrodillase, mas él se negó; y soltó esta horrible blasfemia:
-¿Yo arrodillarme? -dijo-. Respeto mucho más una araña, que es el más vil insecto, que a vuestro Jesucristo, a quien queréis que adore.
¡De qué cosas es capaz aquel que ha perdido la fe! Pero Dios no dejó impune aquel pecado horrible: en el mismo instante, una grande araña negra descendió del techo y vino a posarse sobre la boca del blasfemo, y le picó en los labios, los cuales al momento se le hincharon, y murió al poco rato el infeliz.
San Juan María Vianey, del Sermón del Jueves Santo
Julián Escobar.
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