27 de febrero de 2024
Callar. Después de ser condenado, Pilatos ordena que azoten a Jesús. Dos soldados brutales descargan toda su fuerza sobre la espalda de Jesús. Noventa golpes pueden contarse en la sábana santa. Cada látigo tenía varias cuerdas y la punta de las cuerdas poseía pequeños trozos de plomo sin pulir, con puntas y salientes que hirieron todo el cuerpo de nuestro Dios. Jesús lo sufrió por ti y por mí. Era tan doloroso que muchos de los condenados morían en la flagelación. María, nuestra madre, lo ve todo y sufre, pero se calla, porque quiere que Jesús nos salve y para ello debe morir.
Hay que saber callar; no contestar, no protestar, no decir siempre la última palabra. Aunque sea injusto, o tenga motivos para protestar... que me calle, si no estoy seguro de dar una respuesta adecuada sin ofender.
Dios y el sufrimiento
El cristianismo no es un masoquismo. Esa filosofía de sufrir por sufrir. Ese estoicismo de los griegos de sufrir por sufrir.
¡No! Dios no nos ha hecho para el sufrimiento. Dios ha querido hacernos para la felicidad.
- ¿Siente a Dios como Padre Bueno? - ¿Le sienten a usted como persona buena?
Déjate ser pequeño.
Acepta tu pequeñez y evita la soberbia
y el orgullo.
No adores al Yo.
Julián Escobar.
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