11 de mayo de 2024
Algunos dirían: mi nariz, mi estatura, mi peso, el color de mis ojos, mi raza… Pero Jesús nos quiere así y quiere que nos amemos tal como somos. ¿Por qué no le ofreces tu nariz, o tus ojos o tu estatura o tu peso o aquello que no te gusta de ti mismo? Algunos prefieren rebelarse contra Dios y contra la vida y renunciar a vivir de verdad, como si quisieran así castigar a Dios o a sí mismos. Siempre serán eternos rebeldes y amargados, con lo fácil que vivir alegres con los dones que tienen. Ponte delante de un espejo. ¿Alguna vez le has dado gracias a Dios por ser como eres? No te hagas daño a ti mismo. Mira el lado positivo de las cosas y dale gracias a Dios. ¿O prefieres estar muerto? Porque los difuntos en el cementerio no tienen nada de qué quejarse.
Decía el cardenal de Vietnam Nguyen Van Thuan: Muchos de mis compañeros de cárcel, incapaces de perdonar a los que nos hacían daño, murieron; algunos, después de la liberación, a consecuencia de la ira acumulada y de los traumas sufridos. Una vez de vuelta a casa con su familia, que los esperaba con ansia, se quedaban en un rincón traumatizados y llenos de hastío contra sus parientes, que no habían hecho todo lo posible por liberarlos, y contra el gobierno y contra los comunistas. Como no podían vengarse, odiaban. Esto les hacía daño y al cabo de unos meses morían. Perdonando siempre a todos, tratando de amar a todos, yo no sólo pude sobrevivir, sino que permanecí en la paz y en la alegría. ¿Perdona Vd. siempre?
Comentarios