19 de mayo de 2024
Porque el que se ama, no ama. Porque el amor a sí mismo es exclusión. Y el amor al prójimo es donación". "Amaré, Señor, a mi prójimo en la humildad, porque la humildad es tu rostro". "Haz, Señor, que ame a mi prójimo según tu corazón con un amor puro, pero fuerte que no decline ante las flaquezas y cobardías, con un amor sin envidias, que no intente robar a mis hermanos los dones que les has concedido para que trabajasen por ti.
Fray Luis de Granada expresa así esta soledad de MARIA: “Oh dulcísimo hijo mío, ¿qué haré sin ti? Tú eras mi hijo, mi padre, mi esposo, mi maestro y toda mi compañía. Ahora quedo huérfana sin padre, madre sin hijo, viuda sin esposo y sola sin tal maestro y tan dulce compañía. Ya no te veré más entrar por mis puertas cansado de los discursos y predicación del Evangelio. Ya no limpiaré más el sudor de tu rostro asoleado y fatigado de los caminos y trabajos. Ya no te veré más a mi mesa comiendo y dando de comer a mi alma con tu divina presencia. Ya no me veré más a tus pies oyendo las palabras de tu dulce boca...Hoy se acaba mi alegría y comienza mi soledad”.
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