20 de mayo de 2024
Preguntado Newton de qué manera el hombre convertido en polvo podría componerse de nuevo para formar un cuerpo, cogió sin pronunciar palabra un puñado de limadura de hierro, lo mezcló con arena y preguntó a su interlocutor: “¿Puede usted separar el polvo de hierro de esta masa?”. El otro contestó negativamente
Entonces el sabio cogió un imán, lo acercó a la mezcla, y las partículas de hierro se pegaron en seguida al mismo. Luego Newton dijo con calma: “El que puso tal fuerza en el hierro imanado, ¿no podrá dar nuevamente una envoltura corporal a nuestra alma inmortal?”.
El problema de Tomás no estaba en que no creyera en Jesús, sino que no dio crédito a sus compañeros.
Julián Escobar.
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