5 de mayo de 2024
La resurrección de Cristo es algo inimaginable para la mentalidad judía, que sólo la esperaban al final de los tiempos.
Los primeros testigos de la resurrección son mujeres, cuando en la sociedad judía el testimonio de una mujer no tenía valor alguno. ¿Cómo podían inventar un detalle así? En los mismos relatos los apóstoles aparecen como hombres sin esperanza alguna, abatidos y deprimidos. Jesús mismo los trata de “insensatos y lerdos” (cf. Lc 24, 25), gente que no esperaba nada. ¿Podía la comunidad primitiva inventar esto de sus propios jefes? Cuarto: los discípulos estaban dispuestos a no callar lo que habían visto y oído, aunque se echara encima, como así sucedió, toda la mentalidad de entonces. No saben explicarlo, pero no pueden sino confesarlo, incluso con el martirio. Nadie muere por una invención, ni por un sueño...si es que está cuerdo.
La resurrección de Cristo es totalmente distinta de la resurrección de Lázaro o del hijo de la viuda de Naín: éstos resucitaron para volver a morir, pero Cristo resucita para nunca más morir.
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