5 de marzo de 2025. Miércoles de Ceniza
«… Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas … Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, … Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Hay un refrán que dice: “Haz el bien y no mires a quién”. Hacer el bien por amor y no buscando recompensa. Santa Teresa lo expresa bien.
“No me mueve mi Dios para quererte el Cielo prometido, ni el infierno tan temido para dejar de ofenderte. Muéveme, Señor, de tal manera, que, aunque no hubiese Cielo yo te amara, y aunque no hubiese infierno te temiera”.
A Dios jamás hay que temerle pues Él ni es vengativo ni deja de amarnos incluso cuando le damos la espalda. Al no amar y al ser egoístas, es a lo que hay que temer.
La Iglesia nos recomienda en Cuaresma que practiquemos tres ejercicios:
- Ora que es hablar con Dios.
- Limosna, que es poner en nuestro corazón al necesitado.
- Ayuno de toda superficialidad y egoísmo.
¿Te has puesto como objetivos la oración, la limosna y el ayuno?
La traición de Judas.—En una parroquia de Francia un sacerdote enseñaba el catecismo a los niños. Les narraba la traición de Judas, y cómo se desesperó y se colgó de un árbol. Inmediatamente uno de los más pequeños se levanta para hablar, y muy sereno exclama: Si hubiera sido yo, me hubiera colgado del cuello de Jesús». (¡Hosanna!, número 154.)
Comentarios