4 de mayo de 2025 Palabra de Dios
Juan 21,1-19 El les dijo: "Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis." La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: "Es el Señor",
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"El tren avanza rápido. Sin detenerse, hacia su destino... En el tren se está viviendo un drama: el drama de la humanidad.
Gente de toda raza. Gente que habla y gente que calla. Gente que trabaja y gente que dormita. Gente que come y gente que bebe. Gente que mira el paisaje. Gente que habla de negocios, preocupada. Gente que protesta contra el mismo tren: "No tendría que haber trenes...". Gente que está pensando en trenes más rápidos. Gente que no se hace problema del asunto: "Ya llegaremos. Nos lleva el tren..." Gente que corre angustiada hacia los vagones delanteros, como para llegar los primeros. Gente desconcertante que huye al vagón de cola, como si quisiera escapar del mismo tren. Y el tren sigue corriendo, como si nada pasara. Los lleva a todos, a unos y a otros, sin distinción".
¿Ves a las personas como incordio en tu vida?
¿Vives alegre sin convertirte en gentuza?
Podemos y debemos ver el rostro de Cristo
en el rostro de cada ser humano;
especialmente cuando se asemeja más a él
por las lágrimas y el dolor.
Y podemos y debemos ver el rostro del Padre Celestial
en el rostro de Cristo. Pablo VI
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