3 de Marzo de 2018. Sábado ¡Cuidado con la interpretación! Lc 15, 1-3. 11-32 (de Cuaresma2018_171117a_v2017-03)
Partió hacia su padre. «Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta.
«Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano."
Un monje llegó a un convento donde todos los frailes trabajaban y bien, y dijo: “Trabajáis demasiado, pensad que Cristo alabó a María porque había escogido la mejor parte y regañó a Marta por su excesiva actividad. El Abad le dio un libro y le designó una celda. Llegado el medio día, el monje huésped espero que le llamasen para la comida, pero nadie le llamó. Al caer la tarde salió de su celda y preguntó a otro fraile si era día de ayuno. Le respondió que no. “Hoy hemos comido como cualquier otro día”. Sorprendido el monje huésped exclamó: “Pero a mí no me han llamado para comer”. El hermano fraile le respondió: “Nos acordamos de ti, pero todos pensamos que como María preferías estar alimentándote de las palabras del Evangelio”. Hay que saber que, si no hubiese sido por Marta la “hacendosa”, María no hubiese podido estar a los pies de Jesús. Jesús critica el excesivo celo en el trabajo, no el trabajo.
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