Manjares con Amor y sin amor
Palabra de Dios
Jn 6,44-51. Yo
soy el pan vivo que ha bajado del cielo;
el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.
***
Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha
gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos,
a cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara
de hambrientos y el gesto demacrado. Tenían que comer con palillos; pero no
podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo: por más que
estiraban su brazo, nunca llegaba nada a la boca.
Al subir el sabio al Cielo, vio con asombro que también allí
había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin
embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un
semblante alegre; respiraba salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que
allí, en el Cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos
al que tenía enfrente.
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