23 de julio de 2019
Unas líneas de “El principito” de Antoine de Saint-Exupery:
“En sus viajes por los pequeños planetas de su galaxia se encontró con un geógrafo que anotaba, en su gran libro de registro, montañas, ríos y estrellas.
El principito quiso registrar su flor (aquella que había dejado en su planeta), pero el geógrafo le dijo:
- No registramos flores, porque no se pueden tomar como referencia las cosas efímeras.
Y el geógrafo le explicó al principito que efímero quiere decir amenazado de pronta desaparición. Cuando el principito escuchó esto, se entristeció mucho. Se había dado cuenta de que su rosa era efímera…”.
¡Todo es efímero comparado con Dios! Dios es lo único que no es efímero. Dios y todo lo que Dios toca con su eternidad. Dios es ETERNO, y el hombre tocado por la eternidad de Cristo Resucitado es eterno. ¡Todo lo demás es efímero!
No hay que agarrarse a lo efímero. La realidad no es como a nosotros nos convendría que fuera. No es como nos dijeron que iba a ser. No es como fue en el pasado.
No es como será mañana.
“¡Todo se manda, sólo Dios permanece!”.
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