7 de julio de 2019
1- No te dejes llevar por la impaciencia.
2- No pongas cara de disgusto
3- No permitas que la perturbación entre en tu corazón.
4- No dejes que te domine la tristeza.
5- No grites o amenaces.
Las palabras y los actos de una persona siempre deben destilar paz. Se dice que “la cara es el espejo del alma” en el sentido que un corazón alegre, paciente y en sintonía con el Evangelio, nunca se expresa en palabras o cara, o gestos de indignación, tristeza o venganza. Es bueno aprovechar cualquier circunstancia para bien propio y ajeno. ¡Sólo ten prisas para ayudar a quien lo necesite! La Virgen María fue con “prontitud” a ayudar a su parienta Isabel”. Con prontitud, no con prisas.
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