12 de agosto de 2019
“Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar, y la sabiduría para distinguir entre las dos” (Reinhold Niebuh 1934).
No hay que esforzarse en cambiar lo que no se puede cambiar, y hay que poner el esfuerzo máximo en cambiar lo que sí se puede cambiar. Usted puede cambiar en ser más amable, en estar siempre dispuesto a ayudar a los demás, a escuchar cuando le hablan, a no hacer juicios condenatorios… y cien cosas más. ¡Hay que aceptar con agrado y responsabilidad las limitaciones! ¿Lo hace usted?
No hay que esforzarse en cambiar lo que no se puede cambiar, y hay que poner el esfuerzo máximo en cambiar lo que sí se puede cambiar. Usted puede cambiar en ser más amable, en estar siempre dispuesto a ayudar a los demás, a escuchar cuando le hablan, a no hacer juicios condenatorios… y cien cosas más. ¡Hay que aceptar con agrado y responsabilidad las limitaciones! ¿Lo hace usted?
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