4 de enero de 2020
una breve carta, que leyó un niño muy maduro (a sus 9 años) en el funeral (que me tocó celebrar) por su padre, que murió de cáncer, en poco tiempo de enfermedad, sin que nada hiciera sospechar que duraría tan poco. El niño, bien preparado en su fe cristiana sabiendo que morir es nacer a la vida eterna, leyó: "Querido Papá: Desde que Mami me dijo lo que podía pasar, tuve la esperanza de que te quedarías con nosotros. Pero el Señor te ha llevado con El. Esta Misa es para que veas lo que te queremos. Gracias por el tiempo que has estado con nosotros y nos has querido. Nos has dado muchas lecciones de bondad que nunca olvidaremos. Cuando sea un hombre espero parecerme a ti. No te preocupes por mamá, porque yo cuido de ella. Te quiero, te queremos".
Julián Escobar.
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