23 de diciembre de 2020
Hacerle Un Sitio A Dios
Me levanté temprano una mañana, y me lancé a aprovechar el día.
Tenía tantas cosas que hacer, que no tuve tiempo para rezar.
Se me amontonaron los problemas y todo se me volvía cada vez más difícil.
“¿Por qué no me ayuda Dios?”, me preguntaba.
Y Él me respondió: “No me lo has pedido”.
Quería sentir la alegría y la belleza, pero el día continuó triste y sombrío.
Me pregunté por qué Dios no me las había dado.
Y Él me dijo: “Es que no me lo has pedido”.
Intenté abrirme paso hasta la presencia de Dios, y probé todas mis llaves en la cerradura.
Y Dios me dijo suave y amorosamente: “Hijo mío, no has llamado a la puerta”.
- ¿Tendrás tiempo para rezar en estos días festivos?
- ¿Tendrá Cristo un lugar en tu corazón?
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