8 de mayo de 2025 Manjares con Amor y sin amor
Jn 6,44-51. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.
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¿Mantienes, buen amigo, amor primero?
No te veo, Señor, pero te quiero.
Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado. Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo: por más que estiraban su brazo, nunca llegaba nada a la boca.
Al subir el sabio al Cielo, vio con asombro que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraba salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que allí, en el Cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.
"La compasión significa ir a las gentes y lugares
en que el sufrimiento es más agudo
y construir allí un HOGAR"
(Nouwen)
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