26 diciembre.
¡Construir la vida con el amor de Cristo!
Quien confiese que Jesús es el Señor, sino quiere ser un hipócrita, tiene que ser consecuente y actuar como “discípulo”, aceptando y cumpliendo su voluntad. ¿De qué sirve gritar “Señor, Señor”, si actuamos al margen de sus deseos? Podemos tener un super conocimiento de los Evangelios, ser doctorados en teología, pero si no abrazamos su voluntad, como hizo la Virgen María, ¿entrarás en el Reino de los Cielos?
Cuando Andrés se sentía comer por su enfermedad incurable, decía: “Señor, cógeme de la mano y ayúdame a no hundirme en la desesperación. ¡Tu voluntad siempre por encima de la mía!”.
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Quien confiese que Jesús es el Señor, sino quiere ser un hipócrita, tiene que ser consecuente y actuar como “discípulo”, aceptando y cumpliendo su voluntad. ¿De qué sirve gritar “Señor, Señor”, si actuamos al margen de sus deseos? Podemos tener un super conocimiento de los Evangelios, ser doctorados en teología, pero si no abrazamos su voluntad, como hizo la Virgen María, ¿entrarás en el Reino de los Cielos?
Cuando Andrés se sentía comer por su enfermedad incurable, decía: “Señor, cógeme de la mano y ayúdame a no hundirme en la desesperación. ¡Tu voluntad siempre por encima de la mía!”.
- ¿Intentamos imponer a Dios y a los demás nuestra voluntad?
- ¿Vamos contra la voluntad de Dios y de la Iglesia?
Julián Escobar.
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