30 de abril de 2024
San Agustín tiene unas frases hermosas. Dice: La voluntad de Dios es que estés sano, algunas veces, otras que estés enfermo. Si la voluntad de Dios es dulce para ti cuando estás sano, y amarga cuando estás enfermo, no eres de corazón perfecto. ¿Por qué? Porque no quieres encauzar tu voluntad a la voluntad de Dios, sino que pretendes torcer la de Dios a la tuya. Se cuenta en la vida de santa Gertrudis, la mística alemana del siglo XIII, que un día estaba en oración y el Señor le dijo: - Gertrudis, dame la llave. - ¿Qué llave, Señor? - La llave de tu corazón. - ¿Para qué, Señor? - Para entrar y salir de tu corazón como y cuando yo quiera. Necesito tu voluntad. Tú, ¿estás dispuesto a entregarle tu voluntad y hacer siempre y en todo la voluntad de Dios? S. Agustín decía: "Cuando amas a los miembros de Cristo amas a Cristo y eres un Cristo amándose a sí mismo" (In ep Io ad parth 3). "El cristiano, hecho Cristo, realiza sus obras en Cristo, ora en Cristo, ama en Cristo, sufre