1 de enero de 2018. . Al comenzar el año
Las buenas intenciones, los buenos propósitos están bien, pero mejor es realizarlos. ¿Soy un egoísta? ¡Tengo que dejar de serlo! ¿Soy un cobarde para vivir ante los demás como cristiano? ¡Tengo que empezar a ser valiente, a no temer hacer gestos cristianos ante los criticones no cristianos! ¿Soy perezoso para ayudar en casa, a la Parroquia, a los demás? ¡Eso es de corazones viejos, arrugados como las pasas!
Al comenzar el año haz buenos propósitos, pero el principal debe ser el acercarte más a Cristo. Él será quien te oriente, te advierta, te corrija, te enseña a ser una buena persona, un buen ciudadano y un excelente cristiano, un católico de pies a cabeza.
No te acomodes en tus fallos. Poco a poco debes ir superándolos y sé valiente para pedir perdón cuando ofendas a Dios o a los demás. Nunca te justifiques diciendo: “Mi esposa/o, mis hijos, mis padres, mis amigos saben que yo soy así; que ofendo sin intención y que los quiero”. ¡Quien ama no ofende, si ofende es que no ama!
Feliz año 2018
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