11 de Enero de 2018. Jueves. ¡Las apariencias engañan!
En “El mercader de Venecia” la imagen de Portia era guardada en una urna, pero había tres urnas. El que tocara la urna verdadera se quedaría con su corazón: una urna era de oro, y ponía: “El que me escoja ganará todo lo que desee”. La segunda urna era de plata: “El que me escoja obtendrá todo cuanto merece”. La tercera era de plomo: “El que me escoja deben desprenderse de todo cuanto posee”. Esta tercera es la menos llamativa y la que exige. Pero fue la que escogió Bassano, adueñándose del corazón de Portia.
- ¿Hubieses escogido tú la urna de plomo?
- ¿Te dejas engañar por las apariencias?
¡Qué felices los que se desprenden de todo para llenarse de Cristo!
- ¿Hubieses escogido tú la urna de plomo?
- ¿Te dejas engañar por las apariencias?
¡Qué felices los que se desprenden de todo para llenarse de Cristo!
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