20 de Enero de 2018. Sábado. ¿Qué es lo de mejor valor para ti?
¿Cuál es la joya, el tesoro más importante y de mayor valor que usted tiene?
Olvidamos que es la Fe, un Don que Dios nos regala, y ese Don, este tesoro deberíamos compartirlo con los demás, porque “lo que no se da se pierde” y vigilar para no perderlo o que nadie nos la devalúe.
“Tenemos un tesoro y no tenemos derecho a guardarlo sólo para nosotros”.
- ¿Compartes tu fe?
- ¿Alimentas tu fe?
Los dones que Dios nos da no son para nosotros solos. El Evangelio habla de aquel hombre que recibió un denario y en vez de hacer algo por sacarle rédito, hizo un hoyo en la tierra y lo escondió por miedo a que se lo robaran, puso por excusa, además, que el Señor es muy exigente. ¡No es verdad!
Dios no nos pide más de lo que nosotros podemos hacer.
San Ignacio de Loyola le preguntó a un compañero, también Jesuita: «¿Qué haría usted si en estos momentos viniese un ángel y nos dijera: “Tenéis ahora mismo la salvación asegurada si os venís conmigo al Cielo o podéis continuar ejerciendo vuestro ministerio sin saber si entonces alcanzaréis la salvación o no. ¿Qué decís?” “¿Qué harías hermano?”». El padre Jesuita dijo: «Me quedaría con él ahora mismo». San Ignacio dijo: «Yo me quedaría a continuar evangelizando. ¿Cómo no va a alcanzar uno la Salvación si lo que hace lo hace por Cristo y en su nombre?».
- ¿Doy catequesis dejando que Cristo sea el protagonista?
- ¿Soy miembro activo de la Parroquia?
- ¿Estoy integrado en algún grupo parroquial?
Olvidamos que es la Fe, un Don que Dios nos regala, y ese Don, este tesoro deberíamos compartirlo con los demás, porque “lo que no se da se pierde” y vigilar para no perderlo o que nadie nos la devalúe.
“Tenemos un tesoro y no tenemos derecho a guardarlo sólo para nosotros”.
- ¿Compartes tu fe?
- ¿Alimentas tu fe?
Los dones que Dios nos da no son para nosotros solos. El Evangelio habla de aquel hombre que recibió un denario y en vez de hacer algo por sacarle rédito, hizo un hoyo en la tierra y lo escondió por miedo a que se lo robaran, puso por excusa, además, que el Señor es muy exigente. ¡No es verdad!
Dios no nos pide más de lo que nosotros podemos hacer.
San Ignacio de Loyola le preguntó a un compañero, también Jesuita: «¿Qué haría usted si en estos momentos viniese un ángel y nos dijera: “Tenéis ahora mismo la salvación asegurada si os venís conmigo al Cielo o podéis continuar ejerciendo vuestro ministerio sin saber si entonces alcanzaréis la salvación o no. ¿Qué decís?” “¿Qué harías hermano?”». El padre Jesuita dijo: «Me quedaría con él ahora mismo». San Ignacio dijo: «Yo me quedaría a continuar evangelizando. ¿Cómo no va a alcanzar uno la Salvación si lo que hace lo hace por Cristo y en su nombre?».
- ¿Doy catequesis dejando que Cristo sea el protagonista?
- ¿Soy miembro activo de la Parroquia?
- ¿Estoy integrado en algún grupo parroquial?
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