¿A qué hueles?
Palabra de Dios
Mc 16, 9-15: Jesús, resucitado al amanecer
del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando.
***
Uno de los días que llegaba al portal de mi casa, con el
cansancio de reuniones y encuentros en mis espaldas, deseando llegar a casa
para reposar un poco, pasé el umbral del portal y pulsé el botón del ascensor
para subir a mi piso; era el sexto de la vivienda familiar. Cuando llegó el
ascensor y entré en su interior vacío, advertí un fuerte y agradabilísimo olor
de colonia y, sonriendo, pensé: "Acaba de subir en este ascensor una mujer
o señorita". Yo no la veía, pero sí notaba su presencia y me imaginaba su
talante y su porte por el aroma reinante.
Un cristiano, cualquier cristiano, de cualquier condición
social, puede ser y debe ser “perfume” de Cristo.
¿Somos conscientes de que,
a través de nuestras palabras, gestos, posturas... expresamos y creamos un ambiente,
un clima, un aroma que favorece o entorpece la convivencia?
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