Aposento cerrado
Palabra de Dios
Jn 14, 1-6. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble
vuestro corazón; creed en Dios y creed también
en mí. Y adonde
yo voy, ya sabéis el camino.» Tomás le dice: «Señor, no sabemos
adónde vas, ¿cómo podemos
saber el camino?» Jesús le responde:
“Yo soy el camino,
y la verdad, y la vida”.
***
Estáis en medio de un aposento cerrado y, por poquito que
abráis la puerta o ventana, o por cualquier resquicio, por una teja quebrada,
por una vidriera, se cuela un rayo de sol. Así Jesús, por cualquier vía por la
que le deis entrada, por uno que veis morir, por una buena conversación, por
una limosna que hagáis, luego se mete en el corazón.
No hay oficio ni estado, que no halléis cerca a Jesús. A los
de Emaús. Que eran caminantes, se les aparece como caminante: el maestro, le
halla en el templo como maestro: los que pescaban, como pescador: el ladrón,
como ladrón en la cruz; la Magdalena le busca como hortelano, la samaritana,
yendo por agua, en la fuente.
Buscadle
cada uno en vuestro oficio, abrid una rendija en vuestro corazón y dejadle entrar,
que Él os llenará de alegría y amor.
¿Tienes a
Jesús como compañero de tu vida?
¿Tienes amurallada tu vida?
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