Domingo. Ascensión del Señor.
“Subió al Cielo y está sentado a la derecha del Padre” afirmamos cada vez que recitamos el Credo, y san Agustín dice: “Si Jesús es nuestra cabeza y nosotros somos miembros de su Cuerpo, entonces donde esté la cabeza, el cuerpo necesariamente tiene que estar”. Y también dice que si estamos en estado de gracia ¡ya estamos en el Cielo con Jesús!
Pero a las personas de nuestro tiempo ¿les importa mucho el Cielo? Una película. El mundo iba a terminar en media hora, y a pesar de ello nadie menciona a Dios, ni la vida futura, ni muestran arrepentimiento alguno. El pesar de un hombre es: “¡Me da pena que nunca aprendí a nadar!”. ¿Estamos todos así de paganizados? ¡No! Dios sigue en los corazones, pero las excesivas preocupaciones materiales lo han envuelto.
Los pasajeros del Titanic disfrutaban del máximo de comodidad, pensaban en sus vacaciones, en sus coches, en ganar dinero, fama. El barco era tan seguro que “ni Dios podría nada contra él”, pero ¡el mar se tragó el barco y a miles de pasajeros!
- ¿Cree firmemente en la Resurrección?
- ¿Se fía de las promesas de Cristo?
Pero a las personas de nuestro tiempo ¿les importa mucho el Cielo? Una película. El mundo iba a terminar en media hora, y a pesar de ello nadie menciona a Dios, ni la vida futura, ni muestran arrepentimiento alguno. El pesar de un hombre es: “¡Me da pena que nunca aprendí a nadar!”. ¿Estamos todos así de paganizados? ¡No! Dios sigue en los corazones, pero las excesivas preocupaciones materiales lo han envuelto.
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