Pastor que con tus silbos amorosos...
Palabra de Dios
Mt 13, 54-58. Jesús les dijo: “Sólo en su tierra y en
su casa desprecian a un profeta”. Y no hizo allí muchos milagros, por su falta
de fe.
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Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño;
tú, que hiciste cayado dese leño
en que tiendes los brazos poderosos,
vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño
tus dulces silbos y tus pies
hermosos.
Oye, Pastor que por amores mueres,
no te espante el rigor de mis
pecados,
pues tan amigo de rendidos eres;
espera, pues, y escucha mis
cuidados.
Pero, ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies
clavados? Lope de Vega
¿Te
dejas guiar por el Evangelio?
¿Te dejas abrazar por el amor de Cristo?
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