San Justino, filósofo y mártir del siglo II, afirma que “es la carne y la sangre de Jesús… es lo que celebramos y socorremos a todos los necesitados… los que poseen bienes en abundancia, y desean ayudar a los demás, dan, según su voluntad… hay que socorrer a huérfanos, viudas y cualquier necesitado…”. Quizás desde hace años el día del Corpus Christi es también el día de la Caridad. Si comulgamos el Cuerpo de Cristo, que fue “el Hombre para los demás”, que sirvió y pasó haciendo el bien, todo cristiano, cualquier cristiano, debe servir y hacer el bien a cualquier persona. Si comulgamos y somos indiferentes ante el necesitado, somos cristianos indignos.
Un velero cruza el mar, se levanta una tempestad. Se quedan sin tripulación. Sólo sobreviven una madre con su hijo de poca edad. Esta madre viendo que su hijo iba a morir de hambre, se corta una vena de su brazo y con su sangre fue alimentando a su hijo hasta ser rescatados.
Nuestro alimento en nuestro caminar hacia el Cielo, es el Cuerpo y Sangre de Cristo, pero, Jesús nos dice: Como Yo te alimento a ti, alimenta tú a tus hermanos necesitados. Cáritas es la expresión del Amor de los cristianos hacia sus hermanos. ¡Cristo es alimento para ti, sé tú alimento para los necesitados!
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