22 de Septiembre de 2018. Sábado ¡Vaciarse para llenarse!
Para recibir a Cristo hay que vaciarse de los pecados, si estamos llenos, aunque sea de “pequeños” pecados, ¿cómo vamos a acoger a Cristo si estamos llenos? Jesús dijo: “Hijo, tus pecados te quedan perdonados” (Marcos 2, 1-12). Para acoger la salud hay que librarse, desechar la enfermedad. Antes de recibir la comunión en la Misa decimos: “Señor, no soy digno de recibirte… pero una palabra tuya bastará para sanarme”. Es decir, “Señor, sáname con tu palabra para que pueda recibirte”. Que el pecado deje su lugar a la gracia. Si estamos llenos de juicios, chismes, envidias, avaricia, impaciencia, etc… ¿qué lugar le dejamos a la gracia? Pocas personas tocarían la comida que va a tomar con las manos sucias. Así, hay que “limpiarnos” antes de comulgar.
- ¿Está usted lleno de “pequeños” defectos?
- ¿Qué hace para ir librándose de esos defectos?
- ¿Está usted lleno de “pequeños” defectos?
- ¿Qué hace para ir librándose de esos defectos?
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