13 de noviembre de 2018 ¡Hacer lo que hay que hacer!
Hay personas que se ponen ante Dios exigiéndole recompensa porque han actuado bien. “¡Quiero mi paga por haber hecho esto o aquello!” y Dios se queda “pasmado” y “piensa”: “Pero si sólo has hecho lo que tenías que hacer. ¿de qué estás presumiendo?”. Con humildad hay que ponernos ante el Señor y decirle: “Soy tu hijo que sólo he hecho lo que temía qué hacer, y bien o mal todo lo realizado te lo ofrezco”.
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