22 de noviembre de 2018 Lc 19, 41-44. ¡Y Jesús lloró!
Jesús lloró ante las murallas de Jerusalén y profetiza que será destruida, cosa que sucedió el año 70 d.C. Jerusalén significa Ciudad de Paz, pero siempre fue una ciudad en guerra. Para los autores místicos, Jerusalén es símbolo del alma humana. En una ciudad hay muchas calles, oficinas y tiendas. También el alma tiene muchos intereses, pero no importa si le dejamos a Dios el lugar principal.
Jesús llora por todas las personas que no lloran por sus pecados. Jesús se entristece por todas las personas que no se entristecen cuando hacen el mal. Jesús se lamenta por todas las personas que jamás se lamentan del daño que hacen a sus prójimos. Jesús siente dolor porque tú no sientes dolor cuando lo infliges a Dios y a los demás.
Jesús llora por todas las personas que no lloran por sus pecados. Jesús se entristece por todas las personas que no se entristecen cuando hacen el mal. Jesús se lamenta por todas las personas que jamás se lamentan del daño que hacen a sus prójimos. Jesús siente dolor porque tú no sientes dolor cuando lo infliges a Dios y a los demás.
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