28 de noviembre de 2018
- Reflexiona y a ver si te identificas…
… Continuación del “consejo de diablos”…
El quinto diablo se ufanaba ya de tener la clave del éxito. Propuso lo siguiente:
- Según mi parecer, lo mejor es inducir a pecado a toda la humanidad; a todos los hombres. Corromper a los jóvenes, a los viejos, a los mozalbetes, a las doncellas. Instalar lugares de diversión, cines, bares, cien y mil veces más de los que hay en la actualidad, y vengan juergas y orgías.
- Eres muy ingenuo—cortó su discurso la voz del presidente—. ¡Como si no lo hubiésemos probado ya! ¿Y cuál fue el final? María apareció en la gruta de Lourdes, y desde allí pronunció a voz en grito tres palabras..., sólo tres palabras, pero que oyó compungido el mundo entero: ¡Penitencia, penitencia, penitencia! ¡Nunca se apiñaron tantos en torno del confesionario como se apiñan hoy precisamente jóvenes, mozalbetes y doncellas de veinte a veintidós años! Nunca comulgaron tantos como hoy, así viejos como jóvenes.
“En una palabra, veo que sois unos necios, no sabéis nada. Voy a decir yo lo que hemos de hacer. Indicaré el medio absolutamente seguro para aniquilar el Reino de Dios. ¿Sabéis cuál? Fundar un periódico. ¡Sí! Editaremos un diario. Es éxito rotundo. Los hombres desterraron a los reyes porque, según decían, ellos “ya eran libres”. ¡Qué van a serlo! En un punto todos están atados, todos son dóciles, todos obedecen: al tratarse de la Prensa.
Continuará…
… Continuación del “consejo de diablos”…
El quinto diablo se ufanaba ya de tener la clave del éxito. Propuso lo siguiente:
- Según mi parecer, lo mejor es inducir a pecado a toda la humanidad; a todos los hombres. Corromper a los jóvenes, a los viejos, a los mozalbetes, a las doncellas. Instalar lugares de diversión, cines, bares, cien y mil veces más de los que hay en la actualidad, y vengan juergas y orgías.
- Eres muy ingenuo—cortó su discurso la voz del presidente—. ¡Como si no lo hubiésemos probado ya! ¿Y cuál fue el final? María apareció en la gruta de Lourdes, y desde allí pronunció a voz en grito tres palabras..., sólo tres palabras, pero que oyó compungido el mundo entero: ¡Penitencia, penitencia, penitencia! ¡Nunca se apiñaron tantos en torno del confesionario como se apiñan hoy precisamente jóvenes, mozalbetes y doncellas de veinte a veintidós años! Nunca comulgaron tantos como hoy, así viejos como jóvenes.
“En una palabra, veo que sois unos necios, no sabéis nada. Voy a decir yo lo que hemos de hacer. Indicaré el medio absolutamente seguro para aniquilar el Reino de Dios. ¿Sabéis cuál? Fundar un periódico. ¡Sí! Editaremos un diario. Es éxito rotundo. Los hombres desterraron a los reyes porque, según decían, ellos “ya eran libres”. ¡Qué van a serlo! En un punto todos están atados, todos son dóciles, todos obedecen: al tratarse de la Prensa.
Continuará…
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