1er Domingo de Adviento
“… se acerca vuestra liberación… levantad la cabeza… no dejéis que os esclavice el vicio, las borracheras, las preocupaciones de la vida… no dejéis de orar…” Lc 21, 25-28; 34-36
Si estamos preocupados por algo no estaremos atentos a lo que hacemos, vemos o escuchamos. Este primer domingo de Adviento, Jesús nos invita a levantar la cabeza, de desprendernos de preocupaciones que nos impiden vivir alegrías humanas y alegrías del Cielo.
Un autor decía: “el corazón se hace ligero como una pluma con el soplo del Espíritu. Pero la pluma no puede estar mojada por la lluvia y humedad de nubes que impiden el paso de los rayos de sol. El sol seca la pluma y le hace volar. Nuestro sol es Cristo y los rayos son sus palabras”.
Si estamos preocupados por algo no estaremos atentos a lo que hacemos, vemos o escuchamos. Este primer domingo de Adviento, Jesús nos invita a levantar la cabeza, de desprendernos de preocupaciones que nos impiden vivir alegrías humanas y alegrías del Cielo.
Un autor decía: “el corazón se hace ligero como una pluma con el soplo del Espíritu. Pero la pluma no puede estar mojada por la lluvia y humedad de nubes que impiden el paso de los rayos de sol. El sol seca la pluma y le hace volar. Nuestro sol es Cristo y los rayos son sus palabras”.
- ¿Es usted esclavo de algo?
- ¿Tiene usted su corazón abierto a Dios?
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