1 de abril de 2019. Incrédulo frente a creyente light
Juan 4, 43-54 Había un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm. Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue donde él y le rogaba que bajase a curar a su hijo, porque se iba a morir. Jesús le dice: «Vete, que tu hijo vive». Creyó el hombre en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. El padre comprobó que era la misma hora en que le había dicho Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su familia.
Si apreciamos la santa misa nos sentiremos impulsados a dar la razón a aquel incrédulo que en cierta ocasión se dirigió a un creyente y le dijo:
- ¿Es usted católico?
- Sí.
- ¿Va a misa todos los días?
- No, no tengo tiempo. Ni me obliga mi religión. Voy sólo los domingos y fiestas de guardar.
El incrédulo prosiguió:
- ¿Cree de veras que en la misa está Jesucristo presente? ¿El Redentor que murió por ustedes en la cruz?
- ¡Claro que lo creo!
- Pues si yo lo creyera asistiría a misa todos los días.
- ¿La Misa es el centro de su vida?
Si apreciamos la santa misa nos sentiremos impulsados a dar la razón a aquel incrédulo que en cierta ocasión se dirigió a un creyente y le dijo:
- ¿Es usted católico?
- Sí.
- ¿Va a misa todos los días?
- No, no tengo tiempo. Ni me obliga mi religión. Voy sólo los domingos y fiestas de guardar.
El incrédulo prosiguió:
- ¿Cree de veras que en la misa está Jesucristo presente? ¿El Redentor que murió por ustedes en la cruz?
- ¡Claro que lo creo!
- Pues si yo lo creyera asistiría a misa todos los días.
- ¿La Misa es el centro de su vida?
Julián Escobar.
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