14 de abril de 2019. Los malos unidos
Marcos 14, 1-15, 47 Estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, recostado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, de mucho precio; quebró el frasco y lo derramó sobre su cabeza. Había algunos que se decían entre sí indignados: "¿Para qué este despilfarro de perfume? Se podía haber vendido este perfume por más de trescientos denarios y habérselo dado a los pobres." Ha hecho lo que ha podido. Se ha anticipado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Yo os aseguro: dondequiera que se proclame la Buena Nueva, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho para memoria suya."
Satanás, de mal humor, pide cuentas a su gente, y los diablos le describen su labor:
- Yo hice que unos hombres malos apalearan a un fraile.
- Yo logré que los revolucionarios ganaran las elecciones.
- Yo hice que robaron para nuestra prensa.
- Pues yo… sólo conseguí, tras mil fatigas, que en un pueblo los católicos se dividieran como pagano.
- ¡Bravo! – gritó Satanás, dándole un abrazo estrecho. ¡Con esa obra tú has hecho más que los demás juntos!
Satanás, de mal humor, pide cuentas a su gente, y los diablos le describen su labor:
- Yo hice que unos hombres malos apalearan a un fraile.
- Yo logré que los revolucionarios ganaran las elecciones.
- Yo hice que robaron para nuestra prensa.
- Pues yo… sólo conseguí, tras mil fatigas, que en un pueblo los católicos se dividieran como pagano.
- ¡Bravo! – gritó Satanás, dándole un abrazo estrecho. ¡Con esa obra tú has hecho más que los demás juntos!
Julián Escobar.
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